noviembre 15, 2020
La Iglesia Insípida
Texto: Lucas 14:34-35
Introducción:
Jesucristo dice que nosotros los cristianos, sus seguidores somos la sal de la tierra y en esta parábola que vamos a verr se presenta la tristeza de que un día ese sabor se pueda desvanecer y ya no dé el sabor que tiene que dar y que sirva para lo que en realidad fue creada.
Se conoce de las propiedades impresionantes que tiene la sal y el uso que a través de la historia se la ha dado, pero en ésta noche vamos a ver lo importante que somos en este mundo y el valor que tenemos para que el evangelio se siga predicando y seguirle dando sabor a este insípido mundo en que vivimos.
- El Cristiano es la sal de la tierra
- El Cristianismo con el evangelio es el que lleva esperanza al que no tiene ninguna.
- La vida del hombre por fín, es sazonada con el evangelio de Cristo
- Somos el ingrediente que puede para el proceso de descomposición
- La Sal evita que los alimentos se corrompan
Aprendamos de lo que hacemos comunmente al masticar un chicle, chupar caña, le semilla de un jocote (tejocote), la semilla de un jurgay, la semilla del tamarindo etc. Nos mantien activos con las mandíbulas, los dientes, ya no les comemos nada, ya no le sacamos ningún sabor, luego con el tiempo nos llega a ser molestoso. Eso puede pasar cuando el cristiano ha perdido su sabor de ser, cuando ha dejado de dar sabor.