Pobre Del Terco – – Parte II

abril 30, 2006
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Pobre Del Terco – – Parte II

Texto:  Levítico 26:14-20

 

Introducción:

     Podemos resumir que todo lo que Dios tiene preparado para el Hombre, puede desvanecerse, echarse a perder por una actitud enfermiza llamada terquedad.  En el primer mensaje hablabamos de todos los planes y de todos los deseos  que Dios tiene para nosotros, en ésta noche lo que veremos es lo que se perderá por aferrarnos a la terquedad y que nos prepararemos a pagar las consecuencias de vivir una vida obstinada.

 

            Veremos una pequeña lista de las cosas que el terco puede deliberadamente perder.

1.- Un padre terco, una padre que no quiere cambiar su vida:      Lev. 26:21-22

Ø     Espero que nos importe perder o poner en peligro la vida de nuestros hijos

Ø     Las drogas pueden arrebatar a nuestros hijos

Ø     El alcoholísmo puede arrebatar a nuestros hijos – Hna. Rosita

Ø     Noviazgos no aceptados

Ø     Juegos violentos de television – programas de lucha libre

Ø     Deportes etc.

Ø     La pérdida de nuestras pertenencias – EMBARGOS

Ø     Cuando la familia empieza a mutilarse

2.- La terquedad de un viaje o un negocio que no luce nada bien:          Lev. 26:23-26

Ø     Tratando de refugiarnos en algún otro lado

Ø     Cuando emigramos

Ø     Cuando no encontramos trabajo

Ø     Cuando todo el panorama es desolador

3.- La terquedad nos conducirá a consumir lo de nuestros seres queridos:

Ø     Gastarnos el sueldo de los padres

Ø     Gastarnos lo que a nuestros hijos les pertenece

Ø     Gastarnos las vacaciones de nuestros hijos

Ø     Gastarnos la ropa, medicina, comidad y estudios de nuestros hijos

Ø     LA ILUSTRACION DEL BORRACHITO!

Ø     Gastarnos lo que pudimos haberles dejado de herencia, aunque a nosotros nuestros padres no nos hayan dejado nada.

Ø     Nosotros como creyentes estamos supuestos a ser mejores padres, aunque nuestros padres no hayan sido Buenos con nosotros.

4.- Lo ultimo que nos queda, es ser humillados en tierra de nuestros enemigos:                                                  Lev. 26:39-41

Ø     La solución al problema es humillarnos ante Dios antes de que Dios nos

Tenga que humillar antes los hombres.

Ø     Si su problema es el orgullo, es bueno reconocerlo antes, porque a ningún

      Orgulloso le ha ido muy bien.

No se nos olvide que no ganamos absolutamente nada con la terqueda, en cambio podemos perderlo todo o aún lo poco que tenemos puede perderse por un momento de terquedad.