“Quién
es el Pobrecito?”
Predicado
el domingo 11 de agosto del 2002 am.
Texto: Jeremías 22:1-10
Introducción:
El pasaje que acabamos de leer es
suficientemente expresivo,
habla por sí solo. Pienso que nuestro vocabulario está lleno
de expresiones de lamento por cualquier
cosa que vemos o
por cualquier situación que alguna
persona vive o está expe-
rimentando, somos muy fáciles para
compadecernos de los
demás y somos muy sentimentales por los
reveses que en la
vida lleva la gente.
Pero para ser sincero, todo ese tipo de
lamento es efímero, es
pasajero, creo lo decimos por decirlo
nada más, pero no en
verdad no lo sentimos.
Es por eso que Dios dice: “No lloréis al muerto” y nos dá
el motivo por el cual sí debemos
preocuparnos y llorar.
En el mensaje de ésta mañana
descubriremos en verdad quién
es el probrecito, los demás tienen
esperanzas de superar su
situación, éste definitivamente NO.
Muchos llamamos pobrecito al:
1.- Al alcohólico:
Y en verdad lo es... por ahora está
arruinando no solamente
su vida, la de su familia, su economía, su
salud, sus amista-
des etc. pero tiene esperanza de que
álguien le ayude y lo conduzca
a un lugar de terapia, a una reunión de Alcohó-
licos Anónimos o que lo lleve a una
Iglesia a escuchar
el mensaje del evangelio que puede
transformar su vida.
2.- Al que le han amputado una pierna:
Y en realidad lo es... pero con la
tecnología de hoy en
día y sí él no se deja invadir por el
trauma de ser un
discapacitado, bien se puede conseguir una
buena prótesis
para que vuelva a reincorporarse y retome la
vida con
los mismos retos que trae a diario.
3.- Al empleado que recién perdió su
trabajo:
Nos consternamos por su situación y
hacemos bien en
hacerlo, quizá había dado los mejores años
de su vida
a la compañía y ahora así... de la noche a
la mañana por
un mal entendido o por un error de
producción, queda
sin el mantenimiento para su familia. Pero no está termi-
nado, con la experiencia adquirida en su
antiguo trabajo,
con la eficiencia que posee no le costará
encontrar un
trabajo en donde le paguen bien y aprecien
el trabajo que
hace.
Algunos creemos que el pobre es aquel que
no tiene
que comer o el que no tiene donde vivir,
pobre
el que no tiene con qué comprar y que no
tiene
ni sabe dónde pasará la noche para poder
dormir tranquilamente.
4.- Esa mujer u hombre abandonados:
Es cierto que el caso no es para que nos
riámos o que
busquemos supuestas razones del abandono
ni mucho
menos en buscar al verdadero
culpable. Lo que sí es
cierto es que Dios nunca abandona a sus
hijos, sus pro-
mesas no fallan... el dijo:” He aquí yo
estoy con vosotros
todos los días hasta el fín del mundo”
“Jehová es mi
Pastor, nada me faltará”
Y como éstos hay muchos más de los que
nosotros
podemos llamarles pobrecitos, usted haga
su lista per-
sonal, pero el que en realidad, el que
verdaderamente
es un pobrecito es aquel que:
No tiene a Dios en su vida
Se vá de éste mundo, sin haber hecho
cuentas con Dios.
Muere, sin haber reconocido su pecado,
y la necesidad de que Cristo lo
perdonara!!! AMOS 4:12