Sermón # 731
Miércoles 9 de Noviembre
del 2011
Por
Rev. Carlos Navarro – Pastor
Título:
“El
Salmo 73”
Texto: Salmo 73:1-7
Introducción:
Algunas de las cosas que esta noche vamos a aprender,
no nos las enseñan en la escuela en donde estudiamos;en el salón de belleza, en
la clase de Zumba; tampoco las aprendemos en la tertulia entre amigos; mucho
menos en la plática con los compañeros de trabajo; tampoco nos las enseñanan en
la tele ó en el estreno de la última película más taquillera.
Lo que esta
noche vamos aprender, solamente se escucha en lugares como el que ahora
nosotros nos encontramos, LA CASA DE DIOS.
Debemos de considerarnos
afortunados de escuchar los
temas que aquí escuchamos porque no solamente son para beneficio propio sino que
también para todos aquellos que forman parte de nuestro círculo familiar.
Ultimamente se han creado una
cantidad de talleres para hacerte más
rico de lo que ya eres; conferencias
para hacer crecer tu negocio,
para multiplicar tus ventas, para
reproducirte más efectivamente y el interés es descomunal porque
nadie está conforme con lo que tiene; cada vez
quiere tener más y ser como
aquellos que han conocido que
fueron grandes en sus negocios.
Algunos piensan que la riqueza es el repelente
a los problemas ó al sufrimiento;
otros piensan que la riqueza es el elíxir para
evitar dolores y por medio de éste
salmo nos vamos a dar cuenta
que es todo
lo contrario.
El Hombre más sabio del mundo nos dá un consejo
a todos aquellos que nos hemos
obsesionado en enriquecernos:
Proverbios
23:4-5
Esta es la enfermedad contagiosa del siglo XXI; la competencia por ser más rico
que el otro… poseer más que
el otro; acumular más que el otro
y tiene todavía aún mucho más sabor
la avaricia, cuando termino siendo más poderoso que
mi enemigo.
1.- Ciertamente
es bueno Dios: Salmo 73:1
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Está bien que el que
no conoce a Dios tenga esos deseos de enriquecerse de cualquier forma.
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La bondad de
Dios no es suficiente en sus vidas
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La bondad de
Dios no forma parte de sus ambiciones
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Para nosotros
debería de ser LO MAS IMPORTANTE… saber que somos hijos de un Dios que es bueno
con los limpios de corazón.
2.- Porque
tuve envidia: Salmo 73:2-5
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Esto verdaderamente sería algo absurdo, que
nosotros como hijos de Dios sintamos envidia por los que no conocen a Dios.
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Que tengamos envidia por lo que poseen
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Que tengamos envidia por la forma que viven
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Que tengamos envidia por la “aparente” vida fácil que
llevan
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Nos quita la paz el presente de sus vidas y la efímera gloria que disfrutan
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Deseamos ser como ellos
en lo que hacen, lo que dicen y hasta pareciera que nos es
hasta inútil y que no vale
la pena ser creyente. Salmo 73:13-15
3.- Comprendí
el fin de ellos:
Salmo
73:17-20
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Solamente demosle un vistazo a las muertes de los famosos de los últimos años
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Acumularon riquezas inimaginables y vea su final
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Michael Jackson – Gaddafi – Hussein – Steve
Jobs
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Yo pienso que no necesitamos
de más ejemplos… ésto es suficiente
para comprender que el dinero no es todo en la vida. 1a. Timoteo 6:9-10,17-18
4.- Y fuera
de tí nada deseo en la tierra: Salmo 73:25
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El salmista
se auto-nombra un TORPE – vers. 22
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Todo lo
contrario que dice Teresa
de Avila:
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“Estando contigo…nada me deleita ya en la tierra”
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Nada se puede
comparar con lo que Dios es
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Nada nos podrá llenar si
no está Dios con nosotros
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La riqueza más grande del hombre es Dios… aunque muera pobre!