Sermón # 610
Miércoles 10 de Noviembre del
2010
Por
Rev. Carlos Navarro – Pastor
Título: “El Salmo 38”
Texto: Salmo 38:1-8
Introducción:
Si en alguna ocasión usted leyó ó esuchó
algo referente a que algunas enfermedades son producto de un pecado ó son el
castigo de un pecado en nuestras vidas; no escuchó mal porque ese era el
pensamiento, esa era la idea y esa era la forma en la cual concluían muchos en
el mundo oriental. Las creencias
religiosas indicaban que alguna persona con alguna enfermedad ó alguna
deficiencia era porque ya sea él ó alguien en su familia había cometido algún
pecado y ésta era la forma de poner un castigo a su vida.
En pocas palabras, alguna enfermedad en el
hombre es la evidencia ó la consecuencia de un pecado. ESA ERA LA FORMA QUE MUCHOS EN LOS TIEMPOS
ANTIGUOS RAZONABAN.
Pero esa no es una forma total ó general
de ver dichas enfermedaes, ya que Cristo desmintió esa forma de razonar de los
religiosos. Existen enfermedades que
pueden también ser como una forma de darle oportunidad de demostrar Su Poder en
nuestras vidas ó en las vidas de aquellos que no le conocen para que le vengan
a conocer.
Observe conmigo algunos ejemplos que
aparecen en la Biblia:
-
El
Caso de los 3 amigos de Job por su desgracia -
Job 5:8,17-18; 8:5-6
-
Enfermedades
prometidas al pueblo de Israel – Deut. 28:58-61
-
El
Caso del ciego de nacimiento - Juan
9:1-2
-
Algunas
muertes de reyes causadas por enfermedades, Asa, de los pies, Joram de los
intestines, Uzías de Lepra… etc.
Pero
por otro lado podemos observar que Lázaro enfermó y murió y que a Pablo se le
dió un aguijón en su carne; pero no necesariamente por haber un pecado en sus
vidas y muchos más como Timoteo y Epafrodito ( Filipenses
2:25-27) etc.
1.- No me reprendas…
ni me castigues: Salmo 38:1
·
Esto no se trata de que David le está
pidiendo a Dios que detenga el castigo en su vida.
·
David reconoce su pecado, está
dispuesto a ser reprendido por Dios, pero no quiere que Dios lo haga en una
forma airada sino que con Amor.
·
Le pide a Dios que le trate
suavemente, porque ha entendido del porqué de su sufrimiento actual.
2.- A causa de mi
locura: Salmo 38:5
·
Muy pocos tenemos el valor de aceptar
de que la condición de nuestra vida actual, es a consecuencia de desaciertos que
hemos cometido
·
Muy pocos tenemos el valor de aceptar
que actuamos mal porque no estabamos pensando correctamente cuando cometimos
nuestras faltas.
·
Que si hay alguna a quien debemos de
culpar es a mi y a nadie más que a mí.
·
Esto es muestra de que podemos evitar
caer en el síndrome de Adán y Eva.
3.- El Consuelo que
nos queda: Salmo 38:9
·
Es que delante de Dios están nuestros
deseos
·
Estoy seguro que muchos de nosotros no
deseamos desagradar a Dios
·
Somos víctimas de nuestros instintos,
pasiones y debilidades; que somos débiles ante la tentación y cedemos.
·
El rey tenía una salida y esa era de
echar sobre Dios toda su pena, su carga, porque sabía que Dios no lo dejaría
abandandonado ni caído como lo había ya hecho sus “amigos”. Salmo 38:11, 21-22;
55:22
Dios
EL UNICO QUE NOS ENTIENDE
Dios
EL UNICO QUE NOS PERDONA
Dios
EL UNICO QUE NOS ACEPTA