Sermón
# 831
Miércoles
5 de Septiembre del 2012
Por Rev. Carlos Navarro –
Pastor
Título: “El Salmo 102”
Texto: Salmo 102:1-2
Introducción:
Ha sentido usted alguna vez las ganas de
claudicar, de no continuar con su vida
de creyente? Ha sentido usted algunas veces
que habla y habla y siente que hasta Dios se ha olvidado de usted? Ha pensado usted que todo lo que hace no tiene ningún valor
inclusive para Dios? Un sentimiento como éste estaba invadiendo al escritor del
Salmo. NO se sabe qien escribió, no se sabe de la ocasión, no hay título en El
Salmo; lo que vemos es el retrato de
algunos de nosotros en sus pasajes.
1.- Escucha mi
oración:
Salmo 102:1-2
·
El salmista había perdido sus fuerzas, había
descuidado su salud por no haber ánimo en su vida.
·
La desesperación en su vida había minado su propio
estado emocional
·
Estaba frustrado, estaba desilusionado, estaba
desanimado
·
Eso había hecho que su propia voz se haya ido
apagando y le pido a Dios que le escuche, que pudiera llegar ante El su clamor.
·
Algo aprendemos de ésto, que en momentos como esos,
SOLAMENTE Dios es nuestro Consuelo, nuestra Fortaleza y nuestra Esperanza. 2a. Corintios 12:10
2.- Mi corazón
está herido:
Salmo 102:4
·
Mi corazón está marchito, ha perdido su fulgor, ha
perdido su belleza
·
Todas esas angustias han logrado apagar la fuente
de su vida
·
Entre los vers. 5 al 16 encontramos una queja
constante, describe su aspecto físico; pero llega el momento de reflexionar y
reconocer que Dios es GRANDE EN MISIERICORDIA, y que la forma de agradarle es por medio del servicio.
3.- Pero TU
eres el mismo:
Salmo 102:27-28
·
Descubre el motivo para arreglar todo y eso es el
servicio a Dios
·
El escritor sabe que Dios no es injusto con los que
le sirven
·
El escritor sabe que Dios es el mejor y más justo
de los amos; que sabe como tratar y remunerar a los que le sirven con todo su
corazón. Job 36:11